Cultura
En Lombardía escasean los testimonios artísticos del período romano y estos se hallan concentrados sobre todo en Milán y en Brescia. En cambio, es muy importante el patrimonio de orfebrería paleocristiana y del Alto Medievo (Tesoro de Monza, Altar de Vuolvinio en San Ambrosio de Milán, colección de Brescia). Los frescos de Santa María de Castelseprio, pertenecen al mismo periodo. El arte lombardo del período románico tuvo extraordinirario desarrollo y difusión sobre todo en el campo arquitectónico. Entre las mejores realizaciones de este período citaremos las basílicas de San Miguel Mayor y de San Pedro in Ciel d'Or de Pavía, el Baptisterio de Cremona, San Ambrosio de Milán, los numerosos castillos de la campiña lombarda, y los Palacios Públicos de Milán, Como, Monza y Brescia.
La pintura en Lombardía tiene aspectos de particular interés sobre todo a partir del siglo XIV, con la obra de Giovanni da Milano y del miniaturista Giovannino de Grassi y en el siglo XV con los Bembo, los Zavaittari (en la Catedral de Monza) y Vincenzo Foppa.
El florecimiento renacentista fue espléndido gracias a la actividad de los arquitectos Donato Bramante en Milán y Leon Battista Alberti y Giulio Romano en Mantua.
Con respecto a la pintura es importante la obra de Bernardino Luini, de Boltraffio, de Ambrogio de Predis, de Lotto, de los brescianos Savoldo y Romanino y del bergamasco Moroni.
El barroco es el período de grandes y suntuosas villas, de palacios señoriales y del mayor pintor lombardo: Michelangelo de Caravaggio.